La presión excesiva del agua en las tuberías del hogar es un problema frecuente que puede ocasionar daños y fugas. Por eso, controlar y regular el flujo es vital para prevenir desperfectos costosos, que suelen producirse repentinamente, un tiempo después desde que existe el problema inicial.
Son varios los factores que pueden producir la alta presión en el sistema de circulación de agua de una casa: tuberías estrechas, bombas de agua dañadas o la expansión térmica de las tuberías, entre otros.
En este artículo aprenderás la mejor solución para este problema, además de los errores más comunes que suele cometer la gente al tratar de arreglarlo.
Importancia de controlar el exceso de presión de agua
Al igual que la alta presión sanguínea puede producir graves problemas en el cuerpo humano, lo mismo sucede en las tuberías de agua de tu casa. Las consecuencias de mantener este problema durante demasiado tiempo pueden conducir a un gasto de dinero en reparaciones que podrían haberse evitado.
Demasiada fuerza en el flujo acelera el desgaste de las tuberías y puede provocar su rotura. También puede causar desgastes prematuros en los grifos, válvulas, juntas y conexiones.
Por otro lado, el exceso de presión puede dañar dispositivos como calentadores de agua, termos eléctricos, calderas y otros electrodomésticos conectados a la red hidráulica. Al forzar con más intensidad, corren el riesgo de sufrir costosas averías.
Soluciones para reducir la presión de agua en casa
Algunas de las posibles soluciones a este problema son la instalación de válvulas reductoras de presión, un interruptor de presión o un regulador de presión.
Que solución no usar (nunca es recomendable)
Un error común es intentar limitar el flujo cerrando parcialmente las llaves de paso. Esto no resuelve el problema, solo logra desviar el exceso de presión a otros puntos del sistema, sometiéndose a un esfuerzo inadecuado.
Forzar el cierre de grifos y válvulas tampoco es recomendable, ya que puede causar daños en sus mecanismos.
Estas medidas son sólo paliativas que no garantizan una presión uniforme y segura en todas las terminales.
Reductores de presión: la mejor opción
La solución más efectiva es instalar un reductor de presión en la tubería principal, justo después del medidor de consumo.
Este dispositivo permite reducir la fuerza del agua a niveles seguros y uniformes para todas las instalaciones distribuidas a lo largo de la red.
Al actuar directamente sobre el flujo principal, regula la presión evitando sobreesfuerzos. Su calibración precisa asegura que no se superen los límites de presión recomendados, alargando significativamente la vida útil de las cañerías y grifería.
Componentes de un reductor de presión
Un reductor de presión hidráulico consta básicamente de una cámara con una válvula de admisión, un diafragma flexible, un resorte calibrado y una válvula de descarga de alivio.
El diafragma y el resorte actúan conjuntamente como un sistema de detección y respuesta ante variaciones de presión del lado de admisión.
Funcionamiento de los reductores de presión
Cuando el agua atraviesa la válvula de admisión, empuja el diafragma hacia adentro contra la acción del resorte. Esta compresión mantiene la presión del agua que pasa por el reductor en un valor constante, independientemente de las variaciones que se produzcan en la red general.
Si la presión de admisión intenta superar el calibre del resorte, el diafragma cierra parcialmente el paso expulsando un exceso a través de la válvula de descarga de alivio.
De esta forma, se logra regular de forma automática y mantener constante la presión de salida en un valor seguro y determinado previamente durante el ensamblaje de la pieza.
Instalación de los reductores de presión
Los reductores de presión se instalan en la tubería principal de entrada al inmueble, justo después del medidor de consumo de agua, pero antes de la primera derivación.
Deben quedar perfectamente soldados o roscados para trabajar de manera segura. Requieren tareas de mantenimiento periódico como limpieza y revisión de su funcionamiento.
Su vida útil promedio ronda los 10 años de servicio continuo. Un correcto mantenimiento anual puede aumentar este período.
¿Qué ocurre al abrir una salida de agua?
Para finalizar, es importante explicar que la presión disponible en cualquier toma no depende únicamente del reductor, sino también del número de salidas de agua que se encuentren abiertas simultáneamente.
Esto se debe a que, al abrir un grifo o la ducha, la presión con la que el agua llegaba a ese punto ahora se reparte entre todas las salidas abiertas.
Como el caudal total es el mismo, entre más salidas están abiertas, la presión en cada una de ellas será menor. Esto es totalmente normal y no implica que haya problemas en la regulación de presión lograda por el reductor.
En caso de detectar problemas, siempre es recomendable recurrir a profesionales. En Electrobombas Levante, contamos con un servicio técnico especializado que está listo para abordar y resolver cualquier problema que puedas encontrar.
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